Más allá de filias y fobias partidistas, es momento de hablar del cambio de estafeta en Morelos, pero sobre todo y viendo las tendencias a nivel nacional, las más contras qué pros del rol de género en la toma de estos cargos.

Mucho se ha hablado de la baraja de nombres que ya rondan de voz en voz entre los morelenses de quienes serán los posibles candidatos y candidatas a la gubernatura, una silla que ‘el Cuauh’ deja más que en llamas.

Sin embargo ¿qué es lo que necesita uno de los más azotados por la violencia? La única respuesta correcta es: mano dura. Un perfil que no le tiemble la mano, pero, sobre todo, respetado y que imponga jerarquía.

Entre la mano de posibles perfiles se han escuchado algunos nombres féminos, tanto de la izquierda como de la oposición para ganar la silla estatal.

Lastimosamente, y en pleno 2023, todavía existen grupos al interior del círculo rojo y la política en función que cuestionan y saltan la autoridad cuando viene de una mujer, pues el mundo de la política, bien sabido es, es todavía un mundo un tanto machista.

Ejemplos sobran a nivel nacional, en municipios y estados del país donde, bajo el mando de una mujer, los territorios se vuelven ingobernables.

Morelos necesita tomar decisiones drásticas en temas de transparencia, seguridad y anticorrupción, decisiones que necesitan ser acatadas y respetadas, lo que, de no ser un perfil masculino el siguiente al mando, difícilmente se verá.

Difícil digerir, aunque es la cruda realidad.